Las cañas, esas grandes amigas y enemigas para el clarinetista.
¿Cuántas veces se te ha roto tu caña favorita?
¿Y cuántas de esas veces te ha ocurrido antes de una audición, recital o concierto?
Esta circunstancia es una de las mayores pesadillas de cualquier persona que toca el clarinete, y aunque no podemos asegurarte que nunca más te vaya a ocurrir, lo que sí que podemos hacer es recomendarte que te vayas haciendo con un cortacañas. No sabes de las situaciones que te va a ayudar salir de forma más o menos airosa disponer de este aparato y corregir la forma de tus cañas.

Cortacañas para cañas de clarinete
¿Cómo funcionan los corta cañas de clarinete?
Pues muy sencillo. Tan sólo tienes que introducir la caña en la base del cortacañas y apretar para cortar justo la parte de la caña que ya estuviese estropeada. De esta forma, conseguiremos que la caña vuelva a tener estabilidad y que sus sonido vuelva a ser cálido en todos los rangos y registros.
Conviene que una vez realizado el corte, pruebes la caña y veas cómo se comporta tanto en los agudos como en los graves. También en los picados y ligados, de tal forma que puedas comprobar si es preciso realizar alguna corrección con una lima o cuchilla para volver a estar a tu gusto.
La teoría nos dice que de una caja recién comprada de 10 cañas, tan sólo 2 ó 3 cañas son adecuadas para nuestra forma de tocar. Pero con un poco de paciencia y mucha mañana, podemos alargar la vida de nuestras cañas favoritas, y reinvertir aquellas cañas duras y poco flexibles salidas de fábrica. Así conseguiremos las ideales para ensayar y tocar nuestras canciones favoritas.
Te recomendamos leer nuestro artículo específico sobre cañas de clarinete en las que hablamos con detalle de las diferentes cañas que hay a día de hoy en el mercado y por cuál decidirte en función de tu forma de tocar.